lunes, 10 de octubre de 2011

Opciones de lunes

Bufff, después de un fin de semana totalmente agotador, lo que realmente apetece es que sea fiesta el lunes, pero como mi empresa no pertenece a Zaragoza donde toda la semana es jolgorio por el Pilar ni a Alcalá de Henares donde se celebra la semana cervantina, solo me queda esperar a que de la hora de salir y poner pies en polvorosa hacia una merecida siesta.

Os recomiendo que os acerqueis al Pilar si teneis ocasión, todo se llena de flores, gente, colores, y la ciudad se engalana para recibir el día grande, el próximo día 12 a las casas de Aragón de cada ciudad del mundo y las ciudades hermanadas con Zaragoza que ofrecen al visitante sus bailes típicos y sus mejores galas.

Yo personalmente prefiero el Mercado Medieval de Alcalá de Henares, soy una fanática total de la ciudad y defiendo a ultranza su denominación de Patrimonio de la Humanidad, así como su nombramiento como ciudad allá por el siglo XV.
Durante la semana cervantina se ofrecen diversos actos conmemorando el nacimiento de Miguel de Cervantes y se monta en pleno centro de la ciudad un Mercado engalanado típicamente del medievo para ofrecer diversos productos naturales y artesanales que recuerdan a la época del Quijote, no así sus precios, que son más bien de la época actual pero tirando para el Barrio de Salamanca Madrileño.

Os dejo ambas opciones por si el próximo miercoles quereis optar a hacer un viajecito rápido pero con encanto.
No todo iban a ser quejas no?
Disfrutad!

viernes, 7 de octubre de 2011

Los ex…….Por qué vuelven?

Conocéis el dicho de si me dejaste te jodes? Y porque no se lo aplican?

Se han pasado meses e incluso años jodiéndonos la vida hasta que nos han dejado, o mejor dicho, han conseguido que los dejemos, pero, de repente, algo les hace recordar lo buenos que éramos, lo que les queríamos o lo que les hemos aguantado.
Pero por qué? Porque su pareja actual no es tan buena como nosotros? Porque se sienten solos y les entra nostalgia? Porque han visto una foto u oído un comentario? Porque han soñado con nosotros o porque nos han visto con nuestra nueva pareja que suele ser afortunadamente mejor que ellos???

Por qué se empeñan en hacerse amigos de tus amigos para intentar saber algo de ti, o preguntar hasta al portero de tu casa  por si te han visto y sigues llorando por ellos (ingenuos) e incluso mandan a amigos comunes a ver si te sacan información?

Pero por Dios tened un poco de coraje y echarle huevos a la vida para enfrentaros a nosotros y  pedir perdón o decir que nos echáis de menos o incluso que os jode vernos bien coño!!

Hasta para decirnos que sois mas felices ahora os acojonáis!

Mi pregunta es: POR QUÉ?????? Pero si ya nos arrastramos cuando nos dejaron, si ya pasamos meses llorando por los rincones, aplastando nuestras neuronas intentando descifrar las claves de lo que hicimos mal para que se acabara?
Nosotros, que lo dimos todo?
Estuvimos meses aburriendo a nuestros amigos, a nuestros padres, al perro que ya hasta salía corriendo al vernos porque lo sacábamos a pasear más que antes para que no se notase que habíamos llorado….O simplemente porque nos hemos tirado horas y horas mirando sus fotos, leyendo sus correos, o escudriñándonos el cerebro para recordar donde pasamos nuestras ultimas horas.

A veces la cuestión no es preguntarse por qué… a veces es sólo cuestión de aceptar que la otra parte es gilipollas… (Gracias Dani también por ésto).

Esto va para vosotros:

Si no tenéis una explicación coherente de porque nos hicisteis daño, si nos habéis mentido, humillado, engañado, si habeis preferido creer a otras personas antes que a nosotros, si nos debéis pasta, o yo que se! No intentéis saber cómo nos va, porque seguramente nos va mejor sin vosotros.

Sinceramente si habéis conseguido que la persona que os amó con todas sus fuerzas se aleje de vuestra vida para dejaros ser felices aunque de ello dependiera su infelicidad, si habéis conseguido que casi se quede sin amigos por plasta, que hasta tenga problemas en casa y casi haya perdido su trabajo, que se cambie de móvil a uno de “última generación” para evitar tentaciones por Dios dejadles en paz!!

Si no habéis sido capaces de cumplir vuestras promesas de amor eterno o simplemente promesas, si ni siquiera fuisteis capaces de mantener la amistad que os unía, dejadles en paz!!

En cambio si en un alarde de verbo fluido (gracias Dani) o en honor a lo que un día fue un amplio léxico que os hizo enamorarles por Dios dejadnos que cerremos esa etapa y dejemos de culparnos por algo que no es nuestra culpa, sino vuestra, porque no supisteis valorarnos. GRACIAS….

miércoles, 5 de octubre de 2011

Pedir perdón

Pedir perdón es tan difícil? Cuando dos personas se han querido o se quieren es necesario hacerlo? incluso cuando la persona es un desconocido para ti, está bien que se haga?
Yo jamás había pedido perdón hasta que empecé un buen día, y desde entonces no he parado.
Pido perdón por todo, cuando me equivoco, cuando se equivocan los demás... pero es realmente sincero el perdón de la gente?

Decir  lo siento es fácil y más si eres un mentiroso compulsivo, pero y si la otra persona realmente necesita una disculpa real? Y si  lo que le permitiría ya no perdonarte sino cerrar una etapa de su vida es una explicación del porqué de un daño que tú has creado?

Cuando yo pido disculpas es porque realmente siento el daño, y las pido inmediatamente, no macero el problema, porque cualquier cosa que yo haya hecho que genere un dolor en alguien que quiero, merece una sincera disculpa por mi parte, ya se hablarán las cosas, pero al menos la profundidad del daño es menor.

Mi padre contaba una historia que muchos conoceréis que trata de un niño muy malo al que su padre le pidió clavar un clavo en un madero cada vez que hiciese daño a alguien y lo quitase cuando hiciese el bien.
La moraleja de la historia es que aunque el niño hizo muchas cosas malas, fue mejorando y haciéndolas buenas, pero los agujeros que generaba en la madera con cada clavo del mal era una herida que no cerraba en las personas a las que había dañado.

Por eso, yo intento hacer el bien siempre, aunque la persona no lo merezca, yo siempre veo su lado bueno, y aunque a veces haya pecado de tonta o me hayan juzgado como tal, yo sigo siendo igual, porque me llevo lo bueno de la gente aunque no lo parezca, y la gente se lleva lo bueno de mi, o eso creo…

Os animo a hacer el bien aunque solo sea a veces, y a pedir perdón, porque aunque el agujerito generado queda, siempre es un poco más pequeño.

martes, 4 de octubre de 2011

Peripecias en el quirófano (Por Manson Jesus)

Préstamo de un antiguo amigo que no viejo que tiene un don de palabra que ya lo quisieran muchos que presumen de tenerlo. Graciassssssssssssssssss!!!


Aclaraciones: Lo que voy a narrar aquí sucedió tal y como lo cuento. Se trata de experiencias EXTREMAS y sobre todo REALES y para ello emplearé palabras y expresiones duras. No esperéis ninguna clase de edulcorante. Si seguís leyendo y se os pone mal cuerpo es vuestro problema, id a llorarle a otro. Los cuentos de hadas y ponis sólo los escribo en primavera. Bastante he hecho ya con avisar de la crudeza del relato. A los que a pesar de todo sigáis leyendo y me vayáis a dedicar insultos y demás improperios, sólo os diré una cosa: ¡COMPRAOS UN PEINE!

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Allí estaba otra vez, en una de las salas de espera del centro de especialidades. En esta ocasión mi acompañante era mi tío. Mi tío. Había sido muy tajante a la hora de decir que sería él, y no otro, el que me acompañara hasta allí. Sólo no podía ir, ya que las instrucciones que recibí eran muy tajantes:
No llevar piercings ni ninguna otra cosa metálica.
Ir acompañado.
No comer nada.

Sospecho que aunque no me lo hubieran ordenado él hubiera insistido en venir. En cualquier caso allí estaba él, contando algunas de sus historias del trabajo. Sólo se interrumpía cada vez que sonaba el pitido que avisaba de una nueva llamada. Había que estar atento, ya que el panel de leds no parecía llevar ninguna clase de orden.

En un momento dado pareció cansarse de hablar y decidió permanecer callado. Tras unos instantes decidí soltar alguna frase de relleno: “no creo que tarden mucho, la otra vez fue bastante rápido”. A lo que respondió un seco “prisa no tenemos”. No parecía incómodo con el silencio, así que decidí centrarme en mi carpeta. Esta vez sí me habían dado una carpeta para meter los papeles que tenía que darle al cirujano.

La oftalmóloga que me atendió la vez anterior, a pesar de que parecía que me quería clavar el ojo en el cerebro, hizo un dibujo de mi ojo sublime. Todo el mundo al que se lo enseñé destacó la gran calidad artística del mismo. Había gente que le sacaba parecidos con un limón triste o un señor calvo con un ojo más grande que el otro. Sin embargo el de esta ocasión, si bien ni me enteré cuando me dio la vuelta al párpado como un calcetín, parecía que se había esforzado en hacer un dibujo feo, como si le hubiera pedido a mi sobrino de nueve años que dibujara una almeja. No pedía que tuviera el trazo delicioso del anterior, que por desgracia me fue sustraído por la anterior cirujana, pero por lo menos que pudiera enseñárselo a la gente. “Me conformaré con que cumpla su función”.

Gracias al peculiar retrato de mi ojo pude burlar durante un rato la consecuencia de seguir la orden número tres: el ayuno. Como ya empezaba a sonarme las tripas, decidí pensar en otra cosa. Vinieron a mi mente imágenes sueltas de mi anterior operación. Recordé cómo me hicieron firmar el consentimiento al lado del instrumental para intimidar. Cómo la enfermera me echó a traición la primera anestesia sin avisarme para tras lo cual dijo “pero no cierres el ojo, que no te va a hacer efecto” sin echar luego un poco más. Los comentarios hirientes como “¡vaya, guapo, anda que te ha salido poco de ahí!”. ¡BASTA! No quería revivir aquel sufrimiento. Esta vez iba preparado. Me conocía sus trucos. No convertirían una intervención sencilla en una tortura. O eso pensaba yo.

Otro pitido. Esta vez sí aparece mi número. Apreté el ticket con mi mano y dije para mí “¡vamos!”. Acerqué mi carpeta al pecho, y con paso firme me dirigí a la puerta automática que daba paso al área de los quirófanos. Nada más entrar me encontré con una enfermera. Ésta me observó durante dos segundos. Analizó fríamente mi lenguaje corporal y mi semblante decidido y sin cambiar ni un ápice su expresión facial me preguntó el nombre. “Pase por aquí”. Yo no lo sabía todavía, pero acababa de empezar una cadena de acciones destinadas a destruirme emocionalmente de la forma más absoluta.

Ya conocía el cubículo. Ahí entrábamos los pacientes para cambiarnos. También conocía la bata, el gorro y las fundas para las zapatillas y la forma de ponérmelos, cosa que hice en diez segundos. Cuando la enfermera me repitió las indicaciones que ya conocía, no le di importancia a la parte de “cuando termine, espere con la puerta abierta”. Para la primera operación no les pareció oportuno hacerme esperar mucho. Total, ya venía con el miedo en el cuerpo y hubiera preferido postergar lo más posible la entrada al quirófano. Ahora, como ya estaba curtido, decidieron emplear tácticas más sutiles.

Sinceramente no sé cuánto tiempo pasé allí. Si alguien me dijera que estuve metido un año me lo creería. El tiempo se ralentizaba por momentos. El ya de por sí poco espacio que había y que tenía que compartir con una taquilla, una silla y una papelera, parecía reducirse a cada instante que pasaba.

Todas estas sensaciones se magnificaban con el contraste al aparentemente relajado ambiente que se vivía fuera. Unas enfermeras criticaban despreocupadas a un médico porque le molestaba el ruido de la gente de la sala de espera mientras otra le explicaba a una nueva la frecuencia con la que había que solicitar gasas. Por si fuera poco, cada vez que pasaba alguien a mi lado me miraba durante no más de tres segundos, suficientes para expresarme un “qué ridículo estás” con la mirada. La ropa de hospital no sólo está diseñada para aumentar la asepsia, sino para además humillarte y destruir tu amor propio.

Tenía que hacer algo si no quería volverme loco. Como sólo disponía de mi carpeta y el dibujo de mi ojo ya lo tenía muy visto, decidí aprenderme los teléfonos de contacto que había en la misma. La voz de la enfermera que me recibió me sacó de mi recitación de números. “Acompáñeme, por favor”.

Ahora sí, debería afrontar como un hombre la hora de la verdad. Quise pensar que la espera en el minivestuario seguramente habiera sido casual. Sí, no creía que formara parte de su jueguecido,  pudiendo meterme en la sala de operaciones donde podrían utilizar el instrumental. ¡El instrumental!, ¡ahora no me cogerían desprevenido! Ya habíamos entrado en el quirófano y yo ya preparaba una expresión de suficiencia para firmar el consentimiento sin dar importancia a los bisturís y demás material siniestro que pudiera haber. Sin embargo, el golpe vino antes de lo que esperaba y fue de tal el grado de finura y elegancia con el que fue ejecutado, que no me cabe más que pensar que la ejecutora es escorpio. La enfermera que me había atendido hasta aquel momento me pidió la carpeta con el único objetivo de dejarla encima de la mesa de operaciones. Era una acción sencilla, trivial, cualquiera podía haberla hecho, pero para aquella enfermera, yo no estaba capacitado. Era un puñetazo directo a mi orgullo.

Después juraría que la enfermera escorpio miró a la enfermera del quirófano y ésta le devolvió la mirada y que asintió levemente. Sin hacer ni decir más, la primera enfermera se fue dejando el testigo a aquélla con la que había intercambiado miradas. Ésta se puso rápidamente en acción. “Pase por aquí y firme el consentimiento, por favor”. Para mi sorpresa no había ninguna clase de instrumento con el que amedrentarme, con lo que mi cara de indiferencia debió de quedar de lo más grotesco, sobre todo con las pintas que me gastaba. La enfermera fingió preparar algunas cosas para poder darse la vuelta y a buen seguro soltar una buena sonrisa de satisfacción.

Por fin llegó la cirujana. Nada más entrar vio mi carpeta donde la había dejado la primera enfermera y decidió recoger el guante y que ésta le había ofrecido. Ella era cirujana, podía ser más aguda que cualquier enfermera por muy escorpio que fuera. Apartó la mirada de mi carpeta, ignorándola completamente y me pidió que me subiera a la mesa de operaciones. De una tacada me había lanzado un crochet seguido de un uppercut. El crochet vino en forma de preocupación. El oftalmólogo invirtió tiempo en preparar una serie de indicaciones acompañadas de un dibujo de dudosa calidad y me pidió que los cuidara con mi vida. ¡HASTA ME DIO UNA CARPETA! Me preocupaba que la cirujana ni tan siquiera abriera la carpeta. Y ella lo sabía.

Todavía estaba tratatando recuperarme de aquel certero crochet cuando inesperadamente llegó el uppercut. Y éste vino cuando me disponía a subir a la mesa de operaciones. ¡LA CARPETA TODAVÍA ESTABA ALLÍ! No sabía qué hacer. ¿Debía quitar la carpeta? No podía dejarla en ningún otro sitio. ¿Debía subirme y dejar los pies en vilo? Sí, claro, no estaba lo suficientemente esperpéntico. Tanto la cirujana como la enfermera del quirófano dejaron que me cociera a fuego lento en mis propias dudas. Acuciado por la presión, decidí apartar un poco la carpeta y poner los pies al lado. Puedo asegurar que la postura es bastante incómoda. Todavía no era capaz de entender cómo, pero a pesar de ir preparado para la batalla tácita con el personal sanitario, ya me habían arrasado completamente y no les había hecho falta usar la artillería pesada: la propia operación.

Ahora que me tenían a su merced, tanto física como mentalmente, es cuando se iban a divertir. En primer lugar hicieron entrar refuerzos (como si no estuviera en suficiente desventaja). Un joven doctor, repeinado y enjuto de carnes apareció sin previo aviso. La cirujana comenzó una charla con él con el objetivo de que yo me enterara de que estaba en prácticas. La enfermera aprovechó para darme una serie de rápidos latigazos. Los primeros fueron los clásicos: la pinza en el dedo para medir las pulsaciones (la operación podía complicarse) y apuntarme con el foco que, aunque tengas los ojos cerrados, hace daño. Me sorprendió que no me echara la primera anestesia de forma sorpresiva, como ocurrió la vez anterior, sino que con cuidado me sujetó el ojo y me echó las gotas asegurándose que cayeran las necesarias.

La intención era clara, que bajara la guardia. Y así lo hice.  Volvió con el látigo. Después de ponerme el trapo con el agujero por donde asomaba el ojo pocho, me dijo que podía poner los pies sobre la carpeta. Ahora estaba más cómodo, pero me sentía más idiota por no haberlo hecho antes. Siguió. “¿A qué hora tenías la cita?”. Mi ojo empezó a llorar, no sé si por la anestesia o por el efecto devastador de la pregunta. Y por si tenía alguna duda de que querían reducir a cenizas mi “yo” como persona, convenientemente en ese momento sonó una sintonía familiar. Kiiiiiiiis efe eeeeeeemeeeeee.

Era hora de dejar de manipular mi mente y seguir con mi cuerpo. La cirujana y el médico en prácticas entraron en acción. Lo primero que noté es cómo me clavaron una aguja en el párpado para la siguiente anestesia. No pude evitar ponerme rígido. “¿Le hacemos daño?” me preguntó la cirujana. “No, no, es sólo la sensación”. Esto sólo lo puedo imaginar, pero deduzco que en la cara de la cirujana se dibujó una mueca de decepción.

Por fin sacaron la aguja. Lo siguiente que sentí es cómo tiraban de mi párpado. Hubiera jurado que me lo querían arrancar. Ya tenía el párpado del revés. “Uy, se escurre. Menudo boquete que tiene ahí. Ahora coja el bisturí y corte por <jerga médica>. No, por ahí no, por <misma jerga médica que antes>. Bueno, pues ya está”.

Un poquito de pomada, gasa y ya podía sentarme. El médico en prácticas estaba reclinado hacia mí, en una actitud un tanto condescendiente, mientras me explicaba cómo, cuándo y durante cuánto debía pasarme la pomada. Yo no decía nada. No me movía. Había sido destruido hasta los cimientos y mis campos habían sido regados con sal. Solamente fui capaz de decir “puedo llevarme mi carpeta”. “¿Para qué la queremos nosotros? El dibujo es horroroso.” debieron pensar. En cambio yo escuché “sí, sí, la carpeta es suya”.

Me deshice del gorro y la bata y a punto estuve de irme con las fundas de los zapatos puestas. Cuando salí me esperaba mi tío, que me recibió con un “bueno, ¿qué tal?”. Me tomé mi tiempo para pensar cómo resumir todo lo que había pasado y cómo me sentía. Carraspeé y le miré directamente a los ojos con el que yo tenía hábil. “Sólo puedo decir que la Seguridad Social se está tomando muy en serio lo de concienciar a la gente para reducir gastos y que sólo hagan uso de ella cuando sea absolutamente necesario”.

Ahora era yo quien no estaba incómodo con el silencio ni con la posibilidad de que mi tío sí lo estuviera. Sólo quería alejarme de allí lo más rápido que pudiera y disfrutar de una semana echándome crema dentro del ojo y limpiándome pus del globo ocular. Cuando llegué a mi casa no pensé ni en desayunar, hasta el hambre me habían quitado. Lo único que hice fue meterme en la cama y ponerme en posición fetal.

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No soy muy dado a poner moralejas en las historias que cuento. Cada uno que extraiga las conclusiones que crea convenientes. También es cierto que esta crónica de la extirpación de mi orzuelo queda un tanto inconclusa. Así que para compensar voy a poner una lista de la gente a la que le deseo una o varias intervenciones similares:
Mierda 1: Aunque tú digas que no, sabes muy bien por qué.
El oportuno impertinente: De ti, sin embargo, sí me creo que no lo sepas.
Mierda 2: Ojalá tuvieras más ojos.
El que me robó el coche: Vale que me robaste el coche y lo dejaste en el quinto pino. Vale que que te llevaras la radio. Lo que hace que quiera ver con un bisturí pinchado en el ojo es toda la burocracia que me tuve que comer por tu culpa.
A los que no ponen el intermitente al salir de las rotondas: Mejor que estéis en el quirófano que no por ahí haciendo esperar a la gente pudiendo evitarlo moviendo un dedo.
Al señor que en Roma intentó agredirme con una escoba: Seguro que después de la operación vería la vida de otra forma.
Domingo: No es que seamos enemigos acérrimos, pero un buen pinchazo no te venía mal.
Y por último, pero no por ello menos irritante: A los creadores de Lost. No os costaba nada hacer un final que hubiera gustado a los fans y no sólo no lo hacéis sino que salís con “es que es una historia de personajes”. Me gustaría ser yo quien os operara con mis propias manos

Gracias...

Sí si si lo se! Estoy perra y no me apetece escribir, se que lo pensais, pero la verdad es que las palabras no me salen con la suficiente fluidez, no tengo la capacidad de antaño o es que ahora no necesito expresarme de esa manera, así que, gracias de nuevo Pas, espero que seas feliz, te lo mereces....

MUCHISIMAS FELICIDADES,18^^!<3 Hoy a las 00:59

Aisss que mi chico se hace mayor, y pensar que te conozco desde que tenias 12 años…como han cambiado nuestras vidas desde entonces, ¿a qué si?¿Quién nos iba a decir a nosotros que íbamos a estar así ahora? pero por una cosa o por otra el destino nos quiso unir en su día y ahora quiere que pase esto entre nosotros, pues por algo será…el destino es más sabio que nadie y si te digo la verdad me alegro muchísimo porque eres la mejor persona que puede haber en el mundo y no lo digo por decir ¡no!, lo digo porque me lo has demostrado día a día pero no ahora me lo llevas demostrando en concreto tres años, desde que empezamos a ir juntos a clase en cuarto…desde aquel año han pasado tantas y tantas cosas que a veces me paro a pensar y me digo a mi misma que como no me pude dar cuenta antes de lo que tenía a mi lado, creo que no te lo he dicho nunca y este es el mejor momento para agradecerte todo. Debes saber que has sido un gran apoyo para mí siempre, has sido mi mejor amigo, tú has sido esa persona en la que siempre he podido confiar y que jamás me ha fallado, te he contado cosas que nadie sabe, y me pasase lo que me pasase aunque a ti mismo te jodiese escuchar lo que te contaba me has ayudado en todo, siempre dándome ánimos para que fuera feliz, sabía que si te necesitaba a cualquier hora cualquier día tu ibas a estar ahí aunque yo no me lo mereciera asique por todo esto y mucho más debo darte las gracias una y mil veces porque sin ti en muchas ocasiones no se que habría sido de mi, has estado apoyándome y ayudándome SIEMPRE a pesar de las cosas que yo he hecho y eso no lo hace todo el mundo, y si te digo la verdad me arrepiento de muchas veces no haberte tratado como te merecías, no haber valorado lo que hacías por mi y haberte recompensado por eso y por esto debo pedirte perdón porque he sido muy tonta en ocasiones y ahora que lo veo tan claro todo…quiero decirte que voy a estar aquí siempre y voy a hacer por ti lo que sea, que puedes contar conmigo para todo. Me alegro tanto de tenerte en mi vida…de verdad que no te lo puedes imaginar, eres una persona increíble, lo tienes todo gordo y me siento muy afortunada por tenerte. Podría escribir algo tan largo como la biblia diciéndote cosas de estas pero se hace demasiado pesado jajaja asique lo dejo ya aquí, te recalco una cosa que quiero que tengas muy clara, eres lo mejor, quiero tenerte siempre en mi vida.
Bueno que no se me ha olvidado que hoy es tu cumpleaños eh, Muchísimas Felicidades, espero y sé que lo vas a pasar genial en tu día porque tú te mereces todo y que sepas que yo haré porque sea un día más especial de lo que ya es que no se cumplen 18 años todos los días asique disfrútalo mucho tanto el día como los 18 pero a mi lado, eso ya lo sabes.
P.D. : ¿Sabes que te digo?que me dan igual los putos cotillas de mierda,que me da igual todo,que te quiero y eso no lo va a cambiar nadie!
Pincha aquí para ver esta foto.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Cuánta Perra!

Hoy voy a hacer alarde de mi condición de mujer y voy a criticar un poquito a ver que os parece...

Porque todos tenemos una amiga/o que disfruta poniéndonos de los nervios echandole miraditas a nuestra pareja, ya sea de manera sutil o directamente delante de nuestra cara.

Normalmente nuestra pareja lo ve de lo más normal e incluso le quitan improtancia, pero tú, cada vez que quedais en grupo te conviertes en un detective pero esta vez no de manchas sino de pruebas...

Porque digo yo, tan dificil es para determinadas personas centrarse en los que están libres? Porqué extraña razón siempre tienen que demostrarse a sí mismos que son capaces de levantarle la novia/o a su amigo/a?
Por qué hay personas que se han acostado con todos los pretendientes de su grupo de amigos? Es que no se pueden buscar alguien de fuera? Cómo llamamos a ésto? Falta de personalidad o autoestima... envidia?

Para todos aquellos que alguna vez se han sentido de ésta manera va este blog, no es que veais cosas donde no las hay, es que hay mucha perra como dice el título del blog, pero que mucha perra que no se conforma con lo suyo que tambien tiene que intentar poseer algo de lo que tienen los demás porque su pobre vida o su falta de amor personal les hace generar daño en las parejas aledañas.... en fin.

Espero no haberme pasado mucho, pero de vez en cuado criticar no está de más... PROBADLO...

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Encontrar un amor


Os dejo con el relato de una reciente amiga, que aunque muy joven, sabe mucho de la vida.
GRACIAS PAS
Hace cinco años alguien llegó a mi vida. Desde el día en el que le conocí todo parecía muy bonito,sentí que la vida me había cambiado al lado de esa persona (lo q no sabia era de que manera).
Era una pobre tonta inocente que no se daba cuenta de la nube tan negra y oscura que se estaba creando a su alrededor.
Todo parecía perfecto,nada iba mal...Yo le quería y me quería,qué más podía pedir? pero todo a mis espaldas era diferente, había gente falsa y mentirosa empezando por él,por sus amigos y su familia... Yo no me quería dar cuenta de lo que en realidad me estaba pasando aunque la gente me lo dijera porque cuando quieres a una persona de esa manera te da igual todo y lo único que quieres es estar con él. Me daba igual todo,lo único que quería era estar con él pero no me daba cuenta de que me estaba jodiendo la vida poco a poco! Hasta que algo que nadie se imaginaba(ni yo)sucedió...a partir de ahi todo cambio,empece a ver la realidad en la que estaba,en quien podía confiar y quien me había estado engañando..
Pasando los meses no daba crédito a lo que me estaba pasando; Por una parte(ya asumida)estaba super feliz porque era y será lo mas bonito que me a pasado en la vida. Pero por otro había ciertas personas que no hacían más que intentar joderme la vida como fuera!
Pero al final sólo una persona (aunque no creo que pueda ser ni eso)consiguió una parte de lo que quería, pero lo que no sabe es que me hizo un favor porque me abrió los ojos y a su lado todo hubiera sido un infierno.
He tenido mis momentos malos y de bajón pero todo ahora ha pasado después de todo me siento una mujer fuerte y valiosa por haber aguantado lo que pocas pueden!!Esos tiempos han pasado y soy super feliz,no me arrepiento de nada y aunque haya gente siga intentando joderme no conseguirán nada,solo perder el tiempo así que ell@s verán.
Yo solo se que hay ciertas personas que se están perdiendo algo increíble pero va a llegar un momento en que peor será para ell@s porque el tiempo me dará la razón y pondrá a cada uno en su lugar.

El único recuerdo bonito que tengo de esos tiempos y de cierta persona es que me ha dejado algo muy grande, precioso y lo que es ahora el sentido de mi vida.
Agradezco enormemente a esas personas que después de todo habéis estado a mi lado y me habéis apoyado porque gracias a vosotr@s he salido adelante. GRACIAS
Mi pekeñajo te quiero precioso.